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35MM slide projection, 81 slides, colour, black and white

Ein Platz an dem etwas komprimiert wird (A place where something gets compressed)
2014

End of March 1974 Peter Weiss travels accompanied by his friend Francisco (Paco) Uriz to Spain doing a research for the second part of his novel “The Aesthetics of Resistance”. He keeps his impressions by jotting them down in a notebook and by taking pictures, a series of colour slides.
End of January 2014 I travelled the same route that Weiss and Uriz had taken, repeating the photographic notes and points of view of the author, who has based his research on the diary of the German psychiatrist Max Hodann in 1937. A journey back in time to the past of a past, to a “place where something gets compressed”, as Peter Weiss noted.

 

Extracts from a lecture (in Spanish)

Un lugar donde algo se comprime

[...]

Cueva la Potita y su función en La estética de la resistencia. Mi proprio interés en el lugar y en lugares semejantes.

“Un lugar donde algo se comprime” es una nota que destaca en los cuadernos de Peter Weiss en los que comenta su viaje a Albacete. La nota parece resumir algo, dar en el clavo, un resultado de trabajo, una conclusión. Y obviamente, la nota era tan importante para Peter Weiss que en la novela la pone al principio de su relato sobre la Cueva la Potita. Cueva la Potita juega un papel de clave in el primer volumen sobre España. Especialmente por este lugar viajaba Peter Weiss desde Estocolmo a Albacete. Por un lugar donde algo se comprime.

Pero porqué este lugar es tan importante para Weiss y su proyecto de novela? O porqué lugares en general son importantes para él?

Los lugares son de importancia vital tanto para el verdadero Peter Weiss como su álter ego de la novela. Los lugares le importan tanto porque él no se podía quedar en ningún lugar. Siempre debía cambiar los lugares. Cada lugar se parecía a una isla en el extranjero. Y por tanto, De isla en isla fue titulado el primer libro de Peter Weiss. Poemas sobre su tiempo de fuga, de la emigración, del exilio. Es una persona aislada, alguien que pertenece a ningún lugar. Su hermano Alexander, que se hizo escritor también, describe la situación como sigue: “Cuando nací yo era extranjero. Cuando llegamos a Inglaterra yo era extranjero, pero no porque era alemán, sino porque era checoslovaco. Mis dos años en un internado inglés no me convirtieron en un inglés. En Checoslovaquia me consideraban como extranjero – a pesar de que yo era checoslovaco –, porque venía de Inglaterra.  En Suecia me consideraban como extranjero, no porque yo era checoslovaco, sino porque mi lengua materna era el alemán. Aunque mi lengua materna era el alemán, yo no me podía considerar como alemán. Tampoco me podía considerar como judío, porque mi padre se había convertido al cristianismo y mi madre era católica.” [1] La falta de pertenencia, el aislamiento y los problemas de identidad relacionados los que describe Alexander Weiss, todo eso relata también, con todo detalle, su hermano Peter en sus dos novelas Adiós a los padres y Punto de fuga. Además su largometraje Hägringen (Espejismo) habla de una odisea urbana de un refugiado y extranjero.
 
Es que el refugiado no solo ha perdido su hogar y sus bienes, sino ha perdido también la casa de su lengua que le protegía. La lengua que ha traído al extranjero es una isla en que nadie puede entrar, está desconectada de su comunidad lingüística. "El se vio de nuevo", escribe Peter Weiss en su texto sobre Laocoonte, "arrojado al su primero cuarto a oscuras. Revivía la situación del niño que debe aprender a encontrar un nombre para cada emoción suya". Este "primero cuarto a oscuras" era ante todo el estudio de Peter Weiss: Al comienzo de la fuga en Londres, pues en Warnsdorf, en Praga, en Montagnola, en Alingsås y finalmente en Estocolmo. El estudio era un refugio hasta que la nueva casa de lengua era lista para entrar. En lugar de ella realizaba cuadros y mediante ellos sondeaba la situación interna y externa.

De hecho, Cueva la Potita es un refugio así, un lugar crítico, y de una manera determinada está conectada con imágenes. ¿Pero, qué es Cueva la Potita?

Al primero: ¡que nombre raro! Cuando yo estaba buscando el sitio y preguntaba a la gente donde fuera Cueva la Potita, se sonreían. Nadie conocía un lugar con este nombre. Tampoco me ayudaba que había sacado del archivo de P. Weiss una fotocopia de su mapa. Allí, el lugar era exacta­mente marcado, pero la realidad era otra. De hecho, el nombre original es La Cueva de la Tía Potita. Aunque hay muchas cuevas en la zona, encabezadas por la Cueva de Montesinos conocida por Don Quijote, nuestra cueva se refiere a una antigua casa de labranza en este terreno. Por sus cuartos oscuros y sus altura baja parecía una cueva, como Weiss explica, en la cual vivía una anciana a que todos llamaron tia Potita. Después su muerte el nombre del lugar fue sustituido por "Dehesa del Presón", pero parece que se ha mantenido el antiguo nombre hasta que Weiss vinó a Albacete.

La "Cueva la Potita" por la que Weiss se interesaba era un sanatorio para soldados de las Brigadas Internacionales, ubicado en un bosque cerca de Albacete. La "Cueva la Potita" de la visita de Peter Weiss y la Dehesa del Presón de hoy son idénticas. Volvió a ser lo que fue antes de la confiscación por las Brigadas: una finca enorme que es la propiedad de unas de las familias más ricas de Albacete. Un contraste que, tanto entonces como actualmente, no podría ser más simbólico.

En el año 1920, aproximadamente, el edificio principal de la finca se construyeron de las piedras de un banco de Albacete. Ventanas grandes, pesados, fuertes, y una portada clásica con columnas de estilo iónico. Sin embargo, todo era solo un regalito de boda, utilizada por los propietarios en las temporadas de caza. Y, parece que la caza todavía les encanta hoy. Cuando yo finalmente había encontrado la finca y estaba preguntando al gerente por la familia, de repente el hijo llegó en su Land Rover. Salió de una polvareda, y junto con él una buena docena de perros de caza que en seguida el hijo encerró en una jaula grande. Parecía que la jaula en el jardín no era para algunos papagayos, como Weiss supuso en sus cuadernos, y tampoco para reales pavos como escribió en la novela, sino para perros de caza de verdad. – O, para papagayos dentro de pavos y pavos dentro de perros. No sabemos.

Pues, por un lado tenemos Cueva la Potita que era y es una finca de caza, un símbolo clásico de la clase acomodada, y por otro lado era un sanatorio, un refugio, para aproximadamente ciento cuarenta Brigadistas. No era un hospital de urgencias, con quirófanos, sino era un lugar de convalecencia, sobre todo para pacientes con heridas psíquicos, psicoses temporales, síndromes postraumáticos. Heridas, que menudo no procedían directamente de las operaciones militares, sino, como efecto lateral, de las graves dificultades de comunicación entre los Brigadistas. Hablaban 20 idiomas distintos. Por lo tanto, Cueva la Potita era una Babilonia, y por eso había también cursos de idiomas y un teatro en el sanatorio.

¿Pero, porqué elige Peter Weiss justamente un sanatorio lejos de todo, cuando quiere contar la historia de la lucha anti-fascista en España? ¿Porqué no nos cuenta alguna cosa de las trincheras, como Hemingway?
Como previamente para sus obras de teatro, la pieza Marat/Sade y la pieza Hölderlin, Peter Weiss eligió un lugar "heterotópico", por el cual la realidad histórica debía ser contado. Las "heterotopías" se parecen, según Michel Foucault, un poco a las utopías, pero hay una diferencia fundamental. Las heterotopías son lugares reales, pero existen casi solo "fuera de todos los lugares", donde forman paralelamente una especie de "contra-lugar" (o "contra-emplazamiento, como Foucault dice literalmente). Desde el punto de vista de contra-lugar la realidad – social, político, histórico, cualquiera – ofrece otra imagen. Presenta la espalda, el dorso, el reverso, el revés de nuestro entorno.

A este contra-lugar, llamado Cueva la Potita, pertenece también una "contra-figura". Esta figura heterotópica es el psicólogo y sexólogo alemán Max Hodann. Hodann viene de Berlín, donde los nazis le revocan la licencia médica (en 1933) y después la ciudadanía. Es colaborador de Magnus Hirschfeld en el Instituto para la Ciencia Sexual, un instituto pionero en la ciudad de Döblin y Franz Biberkopf, y al mismo tiempo es un socialista que publica informes en un Boletín Médico Internacional. (Por ejemplo, en 1937, Hodann ya está en Valencia, él informa sobre la progresividad de la ley del aborto catalán lanzado por el Dr. Félix Martí Ibáñez.) Lo que Hodann importa es la educación sexual, la igualdad de genero, y de-estigmatizar la homosexualidad como enfermedad mental. Aunque el término "bio-política" todavía no existe, Max Hodann reconoce muy claro que el cuerpo y la psique no solo ofrecen un punto de ataque a las enfermedades, sino también a la represión y a los dogmatismos que quieren dirigir y manipular a cada individuo a lo más profundo de su existencia.

 Llegan a este contra-lugar, llamado Cueva la Potita, y por la contra-figura, llamada Max Hodann, dos personas: llegan en 1974 el autor Peter Weiss y en 1937 el yo de la novela, un yo que no tiene ningún nombre, porque es el alter ego del autor. En este momento de la llegada del ego ficticio el Peter Weiss real estudiaba pintura en Praga y visitaba a Hermann Hesse en Montagnola. No la política le interesa al joven Weiss, sino el arte y la literatura. Se encarga de ilustrar un libro de Hesse. El interés por la política, sin embargo, despierta Max Hodann cuando los dos se conocen luego en Estocolmo. Weiss está sufriendo por la situación de exilio, el aislamiento, la falta de pertenencia (como comentaba antes), y finalmente (en 1941) se somete a un psicoanálisis (pero no por Hodann [2] ).

Es Max Hodann que le enfrenta con la pregunta porque no le interesan las verdaderas causas de su condición, que están provocados por la guerra, y entonces por la conocida “continuación de la política por otros medios" (Clausewitz). Faltan aún 15 años hasta que Weiss puede cambiar su perspectiva de un yo a un tu, y puede proyectar los dos juntos, a un nosotros. Creo que su película "Rostros en Sombras" de 1956 marca este cambio. Es un documental sobre la pobre vida de los vagabundos ancianos en el casco antiguo de Estocolmo. Siguen otros documentales sobre jóvenes en paro y adictos al alcohol, sobre los habitantes de un edificio torre en el suburbio, y sobre los delincuentes adolescentes en un cárcel. Son películas sobre gente y lugares en la margen o fuera de la sociedad. Entonces heterotopías, contra-lugares, como Cueva la Potita.
Pero porqué Weiss escribe que "era un lugar en el que algo debía ser comprimido"? No basta una heterotopía? Que se comprime?

Creo que la respuesta (para lo que se comprime) es la primera palabra de la frase completa.
Dice: "También éste era un lugar en el que algo debía ser comprimido“ [3] .
Dice también. Obviamente hay otro "lugar de compresión" de que habla la novela antes.

Antes de Albacete el yo de la novela permanece algunos días en Barcelona. Está a la espera de recibir nuevas órdenes operativas. Le confunden los acontecimientos políticos en Barcelona, en España. No sé como podría comprenderlos en toda su complejidad. Parece imposible. Este es el momento cuando decide dar un paseo por la ciudad y finalmente llega a un lugar (cita) "que concentraba en sí toda la agitación y la hacía monumental", la Sagrada Familia. Ella, la catedral es el otro contra-lugar donde algo se comprime. Pero qué comprime y como? El lugar está en construcción permanente pero al mismo tiempo ya parece una "ruina". Es una (cita) "superrealista obra de arte universal" (überwirkliches Allkunstwerk) la que fusiona las historias de Egipto y Babilonia, las fortalezas medievales, los palacios barrocos y los templos de India, el kitsch y la visión. Para Weiss la catedral es una antepasada del "Gran sueño del cartero Cheval", este tiemplo autodiseñado en el sur de Francia, sobre él que Weiss escribe: "Otros llevan este sueño que dura toda una vida a manicomios […], pero ese cartero logró materializar su sueño y con ello salvar su vida." [4]

Entonces, ya tenemos dos contra-lugares donde se comprime lo que parece demasiado complejo para comprenderlo: Un sanatorio y una catedral superrealista. ¿Hay otros y porqué arte?

Una y otra vez el narrativo de la novela sufre una crisis. Una y otra vez el autor de la novela y su alter ego preguntan como se puede entender un contexto tan complejo. Una y otra vez el alter ego cambia el debate sobre la situación española por un discurso de imágenes. Sin embargo, las imágenes no son fotografías, como fuera de presumir. – Nunca antes una guerra fue documentado tan ampliamente por la fotografía y el cine. – No son fotos, sino obras de arte. Y a veces la novela parece un catálogo de arte, tan detalladas son las descripciones. Y cuando en Cueva la Potita no hay un museo que se puede visitar, como antes en Berlín, el yo de la novela estudia en la cocina los azulejos con representaciones de Quijote, o el cuadro de Guerníca en una revista, o dibuja su propia copia de un cuadro de Gerícault.

Para entender la complejidad de los acontecimientos Weiss emplea dos recursos: un lugar heterotópico y una obra de arte que ambos ofrecen una imagen comprimida de una historia compleja.  ¿Porqué una compresión artística en vez de un documento fotográfico?

En su ensayo Ante el dolor de los demás comparece Susan Sontag la foto más conocida de Capa, Muerte de un miliciano con Los desastres de la guerra, los grabados de Goya. Sontag concluye: "Las imágenes de Goya son una síntesis. Su pretensión: sucedieron cosas como éstas. En contraste, […] una fotografía no evoca sino muestra. […]se pueden tener por pruebas. Pero ¿pruebas de qué?" Weiss describe esta síntesis a la vista del cuadro Guernica: "Para él [Picasso] no se trataba de enumerar las bombas arrojadas, las casas destrozadas, los heridos y los muertos. Esto podría leerse en otra parte. Él esperó a que las nubes de humo y de polvo se hubieran disipado[...]." [5]

Pero, si el Guernica de Picasso tiene esta ventaja de síntesis sobre la fotografía de Capa, porque no incluye Peter Weiss algunas reproducciones en su novela, a la manera de W.G. Sebald.

Eso hizo Peter Weiss en sus cuadernos. Allí hay fotos de la Sagrada Familia, de Cueva la Potita, de Guerníca. Pero en la novela no. Aquí las imágenes son descritas. Son descritas, sin embargo, no solo desde el punto de vista del narrador, del alter ego de Peter Weiss, sino también por sus amigos y compañeros. Ellos verbalizan las imágenes también, las traducen en palabras, en un texto, en un discurso entre ellos y de esta manera ponen en marcha de nuevo un debate
que no podía adelantar más por la complejidad de su tema [6] .

[...]

[1] Alexander Weiss, Bericht aus der Klinik, p. 42, edition suhrkamp, Frankfurt 1978. Cita traducida por A. Wutz.

[2] Sino 1941 en Alingsas por Dr. Iwan Bratt y luego, desde 1948 hasta 1952, por Lajos Székely en Estocolmo. Véase „Das Kopenhagener Journal“, pág. 162, ed. por Rainer Gerlach y Jürgen Schutte, editorial Wallstein, 2006.

[3] Peter Weiss, La estética de la resistencia, p. 233, editorial Versal, Barcelona 1987.

[4] Peter Weiss, El gran sueño del cartero Cheval, en: Peter Weiss, Informes, p. 37, ed. Lumen, Barcelona 1969.

[5] Susan Sontag, Ante el dolor de los demás,

[6] Por eso en Cueva la Potita hay grupos de lectura y un grupo de teatro. Por eso las cocinas de la novela se convierten en bibliotecas, en salas de estudio, en lugares de la autodidáctica.